lunes, 3 de agosto de 2015

5 aves.

"No me gustaban los tatuajes, pero ella tenía uno que, si bien era sencillo, era bonito. 
De un día a otro se sentó frente a mí a tomar su café con leche. Se subió la manga y entonces lo ví: cuatro aves volaban en el lateral del antebrazo, ahí, sobre su muñeca. 

—Bonito —dije señalando las figuritas con la cuchara. 

Me explicó el por qué:
—Uno por cada gran amor que he tenido. 
¿Por qué habría alguien de querer llevar algo que le recordara a sus viejas pasiones?
Me leyó la mente, o eso parecía. 
—Cada uno de ellos fue maravilloso en su tiempo. El primero era un músico. Tocaba la guitarra con una delicadeza, pero con tal fuerza que sus melodías me excitaban en sobremanera. Y a mí me tocaba aún mejor. Delicadeza rápida. 
El segundo, —continuó — fue el menor de todos ellos, pero no por eso lo iba a dejar fuera. Ni tampoco quiere decir que no lo amé. Él era pintor. Le di vida y significado a muchas de sus pinturillas. El tercero y el cuarto eran abogados. Poco tiempo me dedicaban, pero cuando amaban lo hacían bien. Terminé cansada de ellos y ellos de mí; les demandaba más tiempo. Nunca lo hicieron. Ahora están casados con mujeres que les importa la comodidad del dinero y unas buenas vacaciones. Esa no soy yo…

Todo esto lo recuerdo ahora porque, estado sentado a la barra bebiendo una malteada de dulce de leche la vi entrar. Un año ha pasado desde la última vez que la vi.
Se ha sentado a una mesa con una única silla. Le reciben con una taza (me imagino que de café) y le ofrecen unos panecillos. 
Mientras lee el diario, se pone la mano sobre sus pequeños labios, y ahí está: cinco aves ahora en su muñeca. Cinco. No cuatro. Cinco. 

Tomo mi vaso, me giro y pregunto a un par de señoras si puedo tomar la silla vacía junto a ellas. Asienten y la cojo. 

Coloco la silla al otro lado de la mesa, me siento y hablo. 
—Hola, Sarah. 
—Robert —no despega la mirada del impreso. 

—Veo que has agregado uno más a tu colección.
—Bueno, sí. ¿Y qué?
—Vengo a escuchar la historia. Nuestra historia."

Esta no es una historia mía por eso las comillas, pero realmente me ha gustado lo que escribió esta persona ramdom en tumblr, lo simbólico de las aves, de como la chica, Sarah, lleva tatuado sus grandes amores que alguna vez tuvieron importancia.

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