Y, ¿qué les
digo?, soy argentina.
Me encanta
bardear, me encantan el asado, me enamora la joda, me encanta la cultura que
tengo y como la expresamos mediante lo pasional, el querer tanto ganar el
mundial o un partido local.
Soy
fanática de esos momentos que paso con mis amigas gritando un gol hasta
quedarme afónica, aún así cuando no soy fanática de ningún equipo.
Llevo la
pasión en la sangre, por más viejo y cliché que suene…es así.
La cultura
es simplemente espléndida. El tango es una manera de trasmitir esa misma pasión
que nombre, porque no es un baile nada más, es un baile lleno de sentimientos y
sensualidad sin pasar a lo vulgar.
Los que
alguna vez visitaron Argentina no me van a mentir, sus lugares ¿no son
hermosos?, la gente ¿no es solidaría?. Son lugares llenos de vida, con ese
toque latino que tenemos y esa gente que te brinda ayuda por más que esté
llegando tarde a algún lugar.
Algo que
más me gusta de mi país es que somos cálidos. Nos gusta abrazar, nos gusta
conversar sintiéndonos confiables con esa gente de otro país, el que diga que
todos somos unos agrandados se están equivocando, no toda la gente es
agrandada, porque como hay gente que miente y envidia también hay gente que ama
y siente. Como hay gente que es “agrandada” también hay gente que tiene buen
corazón y está dispuesto a ayudarte ya sea llevándote a conocer este hermoso
país o compartiéndote un mate, la bebida típica de acá.
Se que no
tenemos la mejor economía o una historia en particular…pero me gusta mi país,
me gusta como se vive porque no dependemos de casi nadie para generar nuestros
logros.
¿Probaron
el mate o el fernet con coca?, porque si no lo hicieron ¿qué esperan?, vengan un
día de visita, dejen Italia o Estados Unidos para otra ocasión, denle
oportunidades a países chicos con corazones grandes.
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