miércoles, 16 de septiembre de 2015

Dejó sus miedos atrás.

Sábado, ese día que tanto esperaba aquella muchacha, estaba feliz, ansiosa, nerviosa de que no funcionara, con dudas.

El reloj suena marcando las 09:00 hs, justo en punto. Odiaría si llegara tarde. Se levanta sonriendo, se prepara el desayuno y prosigue a mandarle el típico mensaje de “Buenos días”, solo que ese día si iba a ser bueno. No le contesta así que asume que todavía esta durmiendo ya que se habían quedado hablando hasta tarde, aunque ella estaba más que emocionada y con todas las buenas vibras en su interior.

Entre que hace tiempo hablando con su amiga de lo que se iba a poner, alistando la ropa y un poco de maquillaje para disimular las ojeras que solo eran por él se hicieron las 12:30 del mediodía, sus padres la llaman para comer.

Ellos notan algo en su mirada, un brillo, su madre le sonríe. Por esa intuición de madre sabe que esta feliz, llena, en paz.

La hora pasa normal, comen en familia y se hablan, pero ella no esta mentida del todo en esa conversación del verano 2016 que van a tener en familia, ella solo piensa en él, en sus ojos verdes y mirada profunda, esa mirada que la mataba.

Nota que es hora de ir al lugar acordado así que saluda a sus padres, ve su celular y ahí esta el mensaje de él en contestación “Buen día hermosa, es hoy”, ella sonríe y le manda un mensaje diciéndole que va a salir. Agarra sus llaves y se echa un último vistazo, siente que está preparada.

Llega y él esta ahí, esperándola sonriente, con ese no se que, que a ella tanto le fascina, que tanto le atrae.

Apura el paso, no se da cuenta de lo emocionada que está y salta a sus brazos uniendo sus labios en uno solo. Un beso con tanta ternura y un poquito de “te extrañe mucho” se hicieron presentes, sonríe a mitad del beso y se separan, ambos se miran a los ojos, mira la razón de sus desvelas y sus sonrisas por las mañanas, ve a la persona de la que se enamoró completamente, la persona que la hizo olvidar de su pasado oscuro y tétrico en el amor.

Piensa, y en su mente pide a gritos que la vuelva a besar. Él, lo hace, como si estuvieran conectados telepáticamente.

Jamás pensó que se iba a poder enamorar otra vez, de confiar en el amor tan plenamente como lo estaba haciendo. Nunca creyó en las segundas oportunidades, pero la vida le hizo entender que las nuevas oportunidades son mucho mejores que las segundas, porque las segundas son oportunidades usadas, que no se aprovechó y por eso las piden. Sin embargo las nuevas son justamente algo nuevo, refrescante, algo que el alma y el cuerpo necesita para olvidarse de todas las malas decisiones que tomó en el amor.


Él la toma de la mano, la aprieta fuerte y ella entiende que no la quiere soltar, que la quiere en su vida con sus imperfecciones y sus idas y vueltas, con sus miedos y sus gustos. Ella, por su parte, pide que no la suelte nunca, que se quede con ella a pesar de las adversidades. Pide a gritos que no la lastime. Que están juntos en esto.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario