La mañana
empieza tranquila, con una leve brisa y un sol radiante. Todos esperando a la
salida que tienen planeado a la tarde. Alistan la canasta, los sandwichitos,
el mate, el mantel y algo más. Papá
enciende el motor del auto y mamá termina los preparativos…pero cuando ya es
hora de partir algunas gotas en el pelo recién planchado de la hija menor
comienzan a aparecer. Todos ven por la ventana lo que esta pasando, la primer
salida en familia después de tantos años arruinada. Con cara larga los dos
hermanitos suben a sus cuartos, sus padres se miran entre ellos y comienzan a
idear un plan.
Pasa una
hora, los hermanos están preocupados dado que no escuchan a sus padres hablar,
o renegar con el motor del auto como papá lo hace siempre, así que deciden
bajar. Temerosos de que no estén bajan con cautela. 1 escalón, 2, 3, 4 hasta
llegar al último. Se llevan una grata sorpresa al ver como mamá ponía el mantel
en el piso y papá adornaba el cuarto con algunas flores sacadas del jardín.
Una sonrisa
aparece en las pequeñas caras de los dos hermanitos, corren hasta sus papas y
los abrazan.
Ese día
comprendieron que no hacía falta salir y tener alguna cena lujosa o ir a un
lugar muy lejano para compartir el inicio de la primavera. Entendieron que
estando en familia solo un momento las tristezas desaparecen y el deseo de lo
material se esfuma para dar paso a la humildad y alegría que caracteriza a cada
familia.
¡Feliz
comienzo de la primavera!.
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