Se ponía su
mejor vestido, se maquillaba como si tuviera veinte y se ponía sus tacones
altos para aparentar algo. Algo que no era. Solo era una más del resto. Alguien
creado por la estúpida y demandante sociedad. Plástica.
Agarra su
bolso y textea en su celular. Sus amigas ya están listas para salir y tener una
noche para ellas solas. Ella no se sentía del todo bien, ella todavía era
alguien insegura.
Se echa un
vistazo en el espejo, se acomoda el vestido, se alborota el cabello, se retoca
el lápiz labial color vino, toma su bolso y se va.
Llega a la
fiesta, y automáticamente sus amigas comienzan a bailar, a frotar sus cuerpos
mutuamente. Ella, por otro lado, toma. Entre trago y trago se siente lista. Se
siente viva. Se siente otra persona. Siente que puede tomar el control de todo.
Siente que tiene una máscara que le permite hacer cualquier cosa, lo que desee,
lo más salvaje.
Sale a la
pista y comienza a bailar, a menear sus caderas seductoramente como si fuera
una bailarina profesional. Alguien, un chico, le guiña el ojo y ella
corresponde con una sonrisa. Este se le acerca y la toma de la cintura,
entonces es ahí cuando comienza a bailar.
Algo en
ella todavía sigue despierto. Esta consiente de lo que hace.
Comienza a
preguntarse ¿por qué lo hace?, si no le gusta. ¿Será porque quiere encajar en
esta sociedad?. ¿Será por qué le gusta la manera en la que alguien se fija en
ella?. O simplemente porque está harta de que los demás la vean como la
aburrida y sin misterio.
Cuando ella
sale se transforma en otra persona, alguien que no le tiene miedo al “qué
dirán”, alguien que quiere divertirse y sentir la adrenalina.
Siente como
la situación se le va yendo de las manos. Ahora no solo bailan, si no que
también se besan. Comienza a sentir su lápiz labial corriéndose. Se siente
sucia por un momento. No es ella. Entonces se lo quita de encima y sale afuera.
Casi corriendo. Casi huyendo.
Le toma un
tiempo re incorporarse, pero lo hace. Toma aire y se acomoda su largo cabello
en un rodete alto. Se limpia la boca y comienza a caminar. Caminar sin rumbo.
No esta segura de lo que hace, pero sigue su camino. Ahora ya no tiene esa
mascara. Es ella, en su estado más puro.
"Esta frío a fuera para que los ángeles vuelen"
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